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Manifest de l’Economia amb valors

 

Manifiesto 15-S: Caminando hacia un nuevo modelo socio-económico

Adhesiones

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El próximo día 15 de septiembre se cumplen 10 años de la caída de uno de los cuatro bancos de inversión más grandes de Estados Unidos, el famoso Lehman Brothers, hito que desencadenó una crisis económico-financiera de dimensiones globales. Originada por las conocidas “hipotecas subprime”, productos financieros derivados tóxicos, esta crisis no sólo acabó con la quiebra de una serie de entidades financieras sino que se extendió hacia toda la ciudadanía, que vio como sus condiciones de vida se reducían drásticamente.

Más allá de la falta de responsabilidad de los principales agentes financieros, el sistema financiero en su globalidad ha sufrido un enorme proceso de financiarización debido al proceso de liberalización y a la falta de control. Cuando hablamos de financiarización nos referimos a que el sistema financiero se ha desviado de sus propósitos originales, que eran los de canalizar el ahorro de las unidades excedentarias, familias o empresas, hasta las deficitarias. Tanto es así que actualmente solo el 3% de las transacciones financieras se corresponden con la economía real, mientras que el 97% restante corresponde con operaciones especulativas.

Mientras todos los responsables de la crisis (altos directivos de entidades financieras, corredores, reguladores e incluso agentes políticos) han salido impunes, en muchos casos indemnizados con pensiones vitalicias millonarias, los estados y con ello, las familias, se han hecho cargo del enorme descubierto. Se ha producido un notable proceso de socialización de las pérdidas y, posteriormente, de privatización de las ganancias. Las cifras de los costes totales del rescate en el Estado español varían entre los 77.000 y los 120.000 millones de euros según la fuente consultada. Las recetas o políticas de austeridad implementadas después de 2008, orientadas a la reducción del gasto público y la restricción del crédito, han provocado un enorme aumento de la miseria en nuestro país.  

A la par, ese modelo de desarrollo basado en la especulación inmobiliaria, la liberalización de los bienes comunes y las redes clientelares entre agentes privados y poderes públicos, ha generado un enorme impacto sobre el ecosistema. Es importante recalcar, en ese sentido, que la Península Ibérica en general, y el Arco Mediterráneo en concreto, son zonas especialmente sensibles al cambio climático, un hecho de total consenso científico.

En definitiva, nos encontramos en una encrucijada de nivel histórico, que requiere de un cambio de rumbo urgente. Desde REAS-PV, la Asociación Valenciana por la Economía del Bien Común entendemos como necesario avanzar hacia un modelo económico con valores. Es necesario repensar la economía desde el punto de vista de la democracia, la participación y la sostenibilidad; los actores econòmicos no pueden ser ajenos al bienestar de las personas.

Pero ¿qué ha cambiado después de 2008?

Aunque podríamos destacar muchas más cosas, estos son algunos de los hechos relevantes que han acaecido en esta década:

-Reducción del gasto público: Los recortes en el gasto público alcanzan los 50.000 millones de euros. Uno de los sectores más golpeados ha sido el sector sanitario. La introducción del copago, la reducción de la plantilla en más de 50.000 trabadores/as sanitarios/as y la privatización de algunos hospitales ha derivado en una merma generalizada de la salud de la población

-Reestructuración del mercado laboral: La flexibilización de las condiciones laborales, el aumento de la temporalidad (que ya alcanza al 27,7% de la población ocupada) y el abaratamiento del despido ha aumentado la precariedad. En muchos casos, los salarios percibidos no permiten alcanzar una vida digna.

-Socialización de pérdidas y privatización de ganancias: Mientras que el peso de la crisis recae en la mayoría de la población, las grandes empresas transnacionales aumentan sus beneficios. Mientras que la mayor parte de la fiscalidad recae sobre las rentas del trabajo, las familias, las empresas del IBEX-35 diseñan complejos entramados fiscales y hacen uso de los paraísos fiscales para no pagar impuestos.

-Economía extractiva: Mientras que el consenso científico prevé una pérdida generalizada de calidad en los recursos naturales, así como un cambio drástico de las dinámicas del ecosistema, el modelo económico actual sigue despilfarrando recursos en la producción de bienes y servicios que, en la mayoría de los casos, no satisfacen ninguna necesidad humana.

-Pérdida de soberanía: En los últimos diez años se ha dado un enorme proceso de erosión de la soberanía de las personas y los estados. Muestra de ello son los diferentes tratados de libre comercio que se están queriendo imponer desde arriba, y que obligan a los países a subordinar el interés general a los grandes intereses privados. No tenemos el control sobre cómo, qué, cuánto y a qué precio producimos, comerciamos y consumimos.

-Respuestas xenófobas y totalitarias: Las situación de crisis y su posterior gestión está despertando ciertos sectores y reivindicaciones de corte xenófobo a lo largo y ancho de Europa. Es la reacción frente a la pérdida de alternativas y de memoria histórica.